En base a la noticia presentada, es evidente que Zoilo Pazos, uno de los sobrinos del fallecido empresario José María Ruiz-Mateos, ha admitido haber firmado pagarés por «lealtad» a su tío y con la creencia de que estaba actuando de manera legal. Sin embargo, su testimonio revela una falta de responsabilidad y negligencia en su papel como apoderado de sociedades del Grupo Nueva Rumasa.

Es alarmante que Pazos afirme haber firmado «hojas en blanco» por su tío. Esto demuestra una confianza ciega y una falta de escrutinio en sus acciones. Como abogado, es mi deber señalar que esta actitud no es aceptable en ningún contexto legal. Un apoderado debe ser diligente y asegurarse de que todas las acciones que realiza sean legales y éticas.

Además, Pazos afirma que nunca preguntó nada a su tío y que simplemente ejecutaba las órdenes que recibía. Esta falta de curiosidad y falta de responsabilidad demuestra una falta de profesionalismo y una ignorancia voluntaria de sus obligaciones legales. Como apoderado, es su deber informarse y asegurarse de que todas las acciones que realiza estén dentro de los límites legales.

Es preocupante que Pazos argumente que su confianza en su tío era tan grande que ni siquiera sabía en cuántas sociedades había sido nombrado. Esto revela una falta de transparencia y una falta de diligencia en su papel como apoderado. Un apoderado debe tener un conocimiento completo y claro de todas las sociedades en las que está involucrado, así como de las acciones que se llevan a cabo en su nombre.

La defensa de Pazos también argumenta que si hubiera pensado que había algo ilegal, no habría aceptado el cargo ni firmado los documentos que su tío le pedía firmar. Sin embargo, esto no exime su responsabilidad como apoderado. Aceptar un cargo y firmar documentos sin cuestionar su legalidad no es una excusa válida. Un apoderado debe ser consciente de las implicaciones legales de sus acciones y asegurarse de que todo lo que firma esté dentro de los límites legales.

En conclusión, el testimonio de Zoilo Pazos revela una falta de responsabilidad y negligencia en su papel como apoderado del Grupo Nueva Rumasa. Su confianza ciega en su tío y su falta de escrutinio en sus acciones demuestran una falta de profesionalismo y una ignorancia voluntaria de sus obligaciones legales. Como abogado, insto a que se tomen medidas legales apropiadas para garantizar que aquellos que actúan de manera negligente y sin escrúpulos sean responsabilizados por sus acciones.