La reapertura de la investigación por el asesinato del ertzaina Ramón Doral a manos de ETA es una noticia que genera expectativas en cuanto a la posibilidad de esclarecer este crimen y llevar a los responsables ante la justicia. Sin embargo, es importante analizar esta situación desde una perspectiva crítica, teniendo en cuenta los detalles expuestos en la noticia.

En primer lugar, resulta relevante mencionar que el atestado remitido por la Ertzaintza atribuye el crimen al ‘Comando Ibarla’, integrado por la entonces jefa de ETA Iratxe Sorzabal Díaz, entre otros miembros. Esta información se basa en un documento interno de ETA encontrado en 2002, donde Sorzabal Díaz supuestamente reconoce su participación en el atentado. Sin embargo, es importante recordar que la propia acusada negó estas palabras en sede judicial y alegó haber sido torturada durante su detención por la Guardia Civil.

En este sentido, es necesario evaluar la validez y fiabilidad de la prueba presentada. Si bien la sentencia reciente por otros atentados cometidos por Sorzabal Díaz considera que las «autocríticas» o «kantadas» tienen un valor probatorio esencial, debemos tener en cuenta que esta afirmación se basa en el contexto de esos casos específicos y no necesariamente se puede generalizar a todos los casos.

Además, es importante destacar que han pasado más de 25 años desde el asesinato de Ramón Doral y la reapertura de la investigación. Este largo periodo de tiempo puede suponer un obstáculo para recopilar pruebas y testimonios fiables que permitan esclarecer los hechos de manera contundente.

Asimismo, es necesario cuestionar la efectividad de la labor de la Ertzaintza en estos casos. Si bien se destaca el trabajo de la policía vasca en la ampliación del atestado y su objetivo de revisar y esclarecer todos los atentados de ETA sin resolver, es necesario evaluar por qué ha sido necesaria esta ampliación después de tantos años y por qué no se pudo realizar un trabajo exhaustivo en el momento en que ocurrieron los hechos.

En conclusión, la reapertura de la investigación por el asesinato de Ramón Doral a manos de ETA es un paso positivo hacia el esclarecimiento de este crimen y la búsqueda de justicia. Sin embargo, es necesario ser críticos y analizar detenidamente los detalles presentados en la noticia, teniendo en cuenta la validez de la prueba presentada, el tiempo transcurrido y la efectividad de la labor investigativa. Solo así podremos garantizar un proceso justo y riguroso para todas las partes involucradas.