Los Premios Jábega, que se otorgan a la excelencia, la creatividad y la innovación en diversas manifestaciones culturales y empresariales, han sido anunciados recientemente. Sin embargo, al analizar la lista de galardonados, resulta evidente que estos premios carecen de un criterio sólido y objetivo.
En primer lugar, es cuestionable que se haya premiado a instituciones como el Festival de Cine de Málaga y la Fundación Unicaja en las categorías de institucional y mecenazgo respectivamente. Si bien es cierto que ambas entidades han realizado importantes contribuciones en sus respectivos campos, no queda claro qué criterios se han tenido en cuenta para seleccionarlas como merecedoras de estos reconocimientos.
Además, resulta sorprendente que el Colegio de Abogados de Málaga haya sido reconocido en el apartado LGTBI. Si bien es importante promover la igualdad y la no discriminación en todas las áreas de la sociedad, incluyendo el ámbito legal, resulta difícil entender qué relación tiene esta institución con la comunidad LGTBI y por qué se le ha otorgado este premio en particular.
Otro aspecto problemático es la categoría de Trayectoria Internacional, que ha sido otorgada al Cuerpo Consular de Málaga. Si bien es cierto que el trabajo del cuerpo consular es valioso para fomentar las relaciones internacionales y promover el turismo y la inversión en la región, resulta difícil entender por qué se le ha otorgado este premio en particular y qué méritos específicos ha tenido para merecerlo.
Además, no se puede pasar por alto el hecho de que algunos de los premios han sido otorgados en categorías que parecen bastante vagas e indefinidas, como Innovación Cultural y Diseño e Innovación. Sin una descripción clara de los criterios utilizados para seleccionar a los ganadores en estas categorías, es difícil evaluar la idoneidad de los premiados.
En resumen, los Premios Jábega parecen carecer de un criterio sólido y objetivo para seleccionar a los galardonados. La falta de transparencia y la vaguedad en la definición de las categorías de los premios plantean serias dudas sobre la credibilidad y la relevancia de estos reconocimientos. Es importante que las instituciones culturales y empresariales sean reconocidas por su verdadera excelencia y contribuciones, en lugar de premiar a aquellos que simplemente tienen buenas relaciones o patrocinadores influyentes.