Món Orxata llevará el cierre de su cuenta en Facebook a la justicia europea en busca de una resolución: Europa tiene la última palabra

El caso de la empresa valenciana Món Orxata y su conflicto con Facebook es un claro ejemplo de los problemas que pueden surgir en la era digital en relación a los derechos de las empresas y los usuarios en las redes sociales. La decisión del Tribunal Supremo de desestimar el recurso de la empresa horchatera valenciana plantea interrogantes sobre la protección de la libertad de expresión y el derecho al honor en el ámbito digital.

En primer lugar, es relevante destacar que la empresa Món Orxata alega que su cuenta de Facebook fue cerrada de forma permanente sin previo aviso y sin la oportunidad de subsanar los presuntos errores que habrían cometido. Esto plantea serias dudas sobre la forma en que Facebook maneja estas situaciones y la falta de transparencia en sus decisiones. Además, la empresa afirma que durante los siete años en los que utilizaron la plataforma, compartieron miles de publicaciones relacionadas con su actividad comercial y educativa sobre la huerta, la chufa y la horchata. Sin embargo, tanto los tribunales españoles como los responsables de Facebook sostienen que estas publicaciones tenían fines comerciales y no educativos.

Es interesante señalar que la empresa argumenta que cuando se creó la cuenta en 2009, las cuentas de empresa en Facebook no existían y que, por tanto, se vieron obligados a utilizar el nombre «Mon Orxata» siguiendo las prácticas de la época. Sin embargo, los tribunales no han tomado en consideración este aspecto y han considerado que la empresa incumplió las condiciones de uso, al crear la cuenta con datos falsos.

Además, Món Orxata critica que Facebook permita la proliferación de mensajes de odio, racismo, anorexia, bullying, supremacismo blanco y genocidio en su plataforma sin cerrar las cuentas responsables, mientras que ellos, una pequeña empresa que promueve una tradición de 400 años, son dados de baja sin una explicación clara. Esta situación plantea la necesidad de una revisión exhaustiva de las políticas de moderación y cierre de cuentas de Facebook, así como de la responsabilidad de la empresa en la protección de los usuarios y empresas que utilizan su plataforma.

Es fundamental destacar que este caso tiene implicaciones más allá de la empresa Món Orxata, ya que sienta un precedente en cuanto a la competencia jurisdiccional en temas digitales. Europa ha cambiado la ley sobre Competencia Jurisdiccional en temas digitales, lo que significa que cualquier empresa o particular que demande a una empresa de Silicon Valley por abuso de poder podrá ver su caso juzgado en Europa y no en Estados Unidos, como pretendía Facebook. Esto es un avance significativo en la protección de los derechos de los usuarios y empresas frente a las grandes tecnológicas.

En conclusión, el caso de Món Orxata y su conflicto con Facebook pone de manifiesto la necesidad de una mayor transparencia y claridad en las decisiones de las plataformas de redes sociales en relación a la moderación y cierre de cuentas. Además, destaca la importancia de garantizar la protección de los derechos de los usuarios y empresas en el ámbito digital, incluyendo la libertad de expresión y el derecho al honor. Este caso también demuestra la importancia de la competencia jurisdiccional en temas digitales y la necesidad de revisar y actualizar las normativas en este ámbito.

Redacción

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