El reciente fallo del Tribunal General de la Unión Europea respaldando la negativa de registrar la marca protegida «Pablo Escobar» en el mercado comunitario es una decisión que merece ser criticada. Si bien es cierto que el nombre de Pablo Escobar está asociado al tráfico de drogas y al narcoterrorismo, no se puede negar que también ha sido reconocido por sus supuestas buenas obras a favor de los pobres en Colombia.
La decisión se basa en la percepción del público español, considerando que los españoles asocian el nombre de Pablo Escobar con el narcotráfico y los crímenes derivados de él. Sin embargo, esta generalización es injusta y no tiene en cuenta la diversidad de opiniones y conocimientos de la población. Además, al negar el registro de la marca, se está vulnerando el derecho a la presunción de inocencia de Pablo Escobar, quien nunca ha sido condenado por los crímenes que se le atribuyen.
Es importante recordar que el derecho de propiedad intelectual debe proteger la creatividad y la innovación, pero también debe respetar los derechos fundamentales y las libertades individuales. En este caso, la negativa de registrar la marca «Pablo Escobar» no se basa en principios legales sólidos, sino en estereotipos y prejuicios que no deberían influir en las decisiones judiciales.
Además, es necesario cuestionar la falta de coherencia en la aplicación de este criterio. Si se considera que el nombre de Pablo Escobar es contrario al orden público y a las buenas costumbres, ¿por qué se permite la venta de productos relacionados con otros personajes históricos polémicos? ¿Dónde se traza la línea entre lo aceptable y lo inaceptable?
En definitiva, el fallo del Tribunal General de la Unión Europea en este caso es cuestionable. Se basa en estereotipos y prejuicios, niega el derecho a la presunción de inocencia y no tiene en cuenta la diversidad de opiniones y conocimientos de la población. Es necesario replantearse la forma en que se toman este tipo de decisiones y garantizar que se respeten los principios fundamentales del derecho.