Opinión crítica: Abuso de poder y presiones en el fútbol femenino
La reciente noticia sobre la orden de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional de citar como testigo a Montse Tomé, sucesora del exentrenador Jorge Vilda, es un claro ejemplo de los abusos de poder y las presiones que se pueden llegar a ejercer en el ámbito del fútbol femenino.
En primer lugar, resulta alarmante que la no convocatoria de Jennifer Hermoso en dos partidos de España pueda estar relacionada con su negativa a firmar un comunicado conjunto con el expresidente de la RFEF, Luis Rubiales. Esta situación plantea serias dudas sobre la independencia de las decisiones técnicas y deportivas en el fútbol femenino, y pone de manifiesto la influencia de intereses externos en el desarrollo de la disciplina.
La decisión de la Sala de lo Penal de investigar si la exclusión de Hermoso fue impuesta por terceros y si estuvo vinculada a las coacciones investigadas, demuestra la gravedad de la situación. Es preocupante que la carrera profesional de una jugadora pueda estar condicionada por su negativa a participar en acciones que no guardan relación directa con su desempeño deportivo.
Además, el auto del juez que propone juzgar a Rubiales, al director deportivo de la Selección masculina, al exseleccionador femenino y al exresponsable de marketing de la Federación, revela una «acción concertada» para presionar a Hermoso y lograr su consentimiento en la grabación de un video que afirmaba que el beso había sido consentido. Esta situación implica una clara vulneración de los derechos de la jugadora, generando en ella una situación de ansiedad e intenso estrés.
Es lamentable que el juez no haya propuesto juzgar a los implicados por los delitos de agresión sexual y coacciones, a pesar de reconocer que existieron presiones y una situación de vulnerabilidad para la futbolista. Esta decisión muestra una falta de contundencia en la defensa de los derechos de las mujeres en el ámbito deportivo, y deja abierta la puerta a la impunidad de los responsables.
En conclusión, esta noticia pone de manifiesto la existencia de abusos de poder y presiones en el fútbol femenino, que deben ser investigados y sancionados de manera contundente. Es fundamental garantizar la independencia y la igualdad de oportunidades en el deporte, evitando que intereses externos condicionen la carrera de las jugadoras. El fútbol femenino merece un trato justo y respetuoso, y es responsabilidad de las instituciones deportivas y judiciales velar por ello.