La noticia que se presenta sobre las acciones formativas que la Abogacía de Málaga tiene previsto llevar a cabo a lo largo de este año resulta interesante, pero también plantea algunos interrogantes y críticas.
En primer lugar, es positivo que la Abogacía de Málaga busque ofrecer a los abogados de la provincia una formación actualizada y especializada en su ejercicio profesional. La actualización constante es fundamental para garantizar un asesoramiento y defensa jurídica de calidad. Sin embargo, resulta necesario analizar la calidad y relevancia de estas acciones formativas. No basta con contar con un gran número de actividades, sino que es crucial que estas sean de calidad, impartidas por profesionales con experiencia y que aborden temas relevantes para la práctica jurídica.
Además, es importante cuestionar quiénes son los responsables de organizar estas acciones formativas. La noticia menciona que la mayoría de las acciones las genera el propio colegio, pero también se colabora con universidades y otras entidades. Es necesario evaluar si estas colaboraciones se realizan de manera adecuada y si realmente aportan valor a la formación de los abogados. No se debe perder de vista que la formación debe ser imparcial y objetiva, y no estar influenciada por intereses particulares de las instituciones colaboradoras.
Otra cuestión que se plantea es la modalidad de formación. La noticia señala que más del 60% de las acciones son bimodales, es decir, se pueden seguir tanto de manera presencial como online. Es positivo que se ofrezcan diferentes modalidades para adaptarse a las necesidades de los abogados, pero es importante garantizar que la formación online sea de calidad y que se empleen las herramientas adecuadas para fomentar la interacción y el aprendizaje.
Por último, resulta relevante mencionar el aspecto económico de la formación. Según la noticia, más del 80% de las acciones formativas no tienen coste adicional y se ha aprobado un bono de 100 euros para que los colegiados puedan emplearlo en jornadas formativas. Si bien es positivo que se busque facilitar el acceso a la formación, es necesario asegurarse de que esto no comprometa la calidad de la misma. No se debe sacrificar la calidad de la formación por ofrecerla de manera gratuita o a bajo coste.
En conclusión, si bien la iniciativa de la Abogacía de Málaga de ofrecer acciones formativas a los abogados de la provincia es positiva, es importante realizar un análisis crítico de la calidad, relevancia y objetividad de estas actividades. Además, se deben evaluar las colaboraciones con otras entidades y garantizar que la formación se ajuste a las necesidades de los abogados y a la realidad jurídica actual. La formación es fundamental para el desarrollo profesional de los abogados, y es necesario asegurar que se realice de manera adecuada y eficaz.