La noticia sobre la celebración de la I Semana de la Igualdad ICAM por parte del Colegio de la Abogacía de Madrid con motivo del Día Internacional de la Mujer es sin duda un paso en la dirección correcta para promover la igualdad de género en el ámbito jurídico. Sin embargo, es importante analizar si este tipo de eventos realmente están logrando un impacto significativo en la consecución de la igualdad real y efectiva.
En primer lugar, debemos reconocer que la representación de las mujeres en el sector legal sigue siendo baja, tanto en el ámbito privado como en el institucional. Esto demuestra que aún existen barreras y sesgos que impiden que las mujeres accedan a puestos de liderazgo y toma de decisiones en el campo jurídico. Si bien es loable que se reconozca el talento y el liderazgo femenino a través de premios como el ‘Decana Sonia Gumpert’ y el ‘Belén Landáburu y María Telo’, es necesario preguntarse si estos reconocimientos realmente están impulsando un cambio estructural en la profesión.
Además, si bien es importante visibilizar el papel de las mujeres en el mundo jurídico, económico y social, es necesario ir más allá de los eventos y las mesas de diálogo. La igualdad real implica tomar medidas concretas para eliminar las barreras que impiden que las mujeres accedan a oportunidades de desarrollo profesional y liderazgo. Esto implica implementar políticas de inclusión y conciliación que permitan a las mujeres equilibrar su vida personal y profesional, así como abordar la brecha salarial y los techos de cristal que aún persisten en el sector.
Además, es importante que el enfoque de género se integre de manera transversal en la formación y en la práctica jurídica. La perspectiva de género debe ser considerada en todas las áreas del derecho, desde la violencia de género hasta la protección de víctimas, pasando por la discapacidad y otros temas relevantes para la igualdad. Esto implica capacitar a los profesionales del derecho en el manejo de estas cuestiones y promover la sensibilización en toda la profesión.
En resumen, si bien la I Semana de la Igualdad ICAM es un paso en la dirección correcta, es importante que este tipo de eventos vayan más allá de la retórica y realmente generen cambios concretos en el ámbito jurídico. Es necesario implementar políticas de inclusión y conciliación, visibilizar el talento femenino y abordar los sesgos históricos que aún existen en la profesión. Solo de esta manera podremos avanzar hacia una igualdad real y efectiva en el sector legal y en la sociedad en su conjunto.