Es un hecho que las nuevas tecnologías han contribuido considerablemente a mejorar nuestras vidas. No es de extrañar que los procesos judiciales se encaminen en la misma dirección que el resto de las actividades humanas. Esto significa que con el paso de los años podríamos presenciar una nueva era en la impartición de justicia. Sin embargo, los grandes desafíos de la justicia digital aún están latentes, por lo que queda un buen trecho por recorrer.
El desafío de crear una base de datos fiable
En los últimos años se ha avanzado considerablemente en las digitalización de muchos procesos burocráticos. Como resultado, se han simplificado muchos procesos y, como consecuencia, se efectúan más rápido. Sin embargo, aún falta mucho trabajo por realizar, especialmente con respecto a la Big data.
Parece un asunto sencillo crear una base con los datos de todos los ciudadanos y residentes de España. Sin embargo, no es tan sencillo como parece. En primer lugar, existe la problemática de elegir los servidores en que se alojarán toda la información. Esto parece un tema sencillo, pero recordemos que la mayoría de servidores con capacidad para procesar una cantidad grande de información se encuentran fuera del territorio español. Entonces, si se utilizan dichos lugares de almacenaje se estaría poniendo a su cuidado información que es propiedad exclusiva de España. Por supuesto, habría que analizar detenidamente los reglamentos pertinentes y, en caso de ser necesario, ajustar la normativa reguladora.
Adicionalmente, existe la disyuntiva del tipo de información que deberían incluirse en la base de datos. Por supuesto, lo ideal es tener un registro completo de las personas, pero esto sería prácticamente imposible, puesto que se necesitaría una cantidad impresionante de almacenamiento en la nube. Además, su mantenimiento requeriría de un buen número de técnicos especialistas en informática. Y esto generaría otro problema. Sería necesario contratar a muchos expertos en desarrollo digital y se tendría que prescindir de todos aquellos que carezcan de las habilidades y conocimientos necesarios.
Uso de plataformas de comunicación
Es evidente que la correcta impartición de justicia implica el uso de plataformas de comunicación. Algunas, como burofax, resultan útiles para enviar notificaciones. Sin embargo, lo cierto es que la inmensa mayoría de personas desconoce el funcionamiento de dichos mecanismos. Por lo tanto, para migrar los procesos judiciales al campo tecnológico y digital es necesario educar a todos los ciudadanos para el uso de las plataformas disponibles. Esto, por supuesto, representa en sí mismo un proyecto muy ambicioso.
Podemos entender mejor este punto si pensamos en los juicios por videoconferencia que se han celebrado durante el estado de alarma generado por el sars-cov-2. Las reseñas del primer evento de este tipo presentan un toque humorístico debido a todas las fallas técnicas del proceso. Pero si lo analizamos desde la óptica procesal, en realidad aún queda mucho camino por recorrer para asegurar que las audiencias judiciales sean realmente eficaces.
Es evidente que todos los participantes en un proceso judicial deben conocer el uso de las tecnologías de comunicación. De hecho, es razonable pensar que el resultado del juicio podría haberse sesgado por el desconocimiento de los sistemas de videoconferencia por parte de algunos de los participantes. Por ejemplo, visualicemos a una persona que está más preocupada por entender cómo funciona la plataforma y, en consecuencia, no presenta sus argumentos de defensa de forma adecuada. Sin duda, se vería afectado el resultado. Esto enfatiza la necesidad de capacitar adecuadamente a todos los actores para garantizar el éxito de la justicia digital.
Con todo, ciertamente se ha avanzado en la digitalización de muchos procesos. Con el paso del tiempo sin lugar a dudas veremos nuevos usos de la tecnología en los procesos judiciales. Mientras tanto, encuentra aquí información jurídica para mantenerte al día en materia legal.