El nombramiento de los miembros del Consejo Asesor Fiscal de Baleares, aprobado recientemente por el Consell de Govern, ha generado cierta polémica y críticas por parte de diversos sectores de la sociedad. Si bien es cierto que este órgano tiene como objetivo asesorar y proponer medidas en el ámbito de la política tributaria, su composición plantea serias dudas sobre la independencia y objetividad de sus miembros.

En primer lugar, resulta preocupante la presencia de representantes del propio Govern en el Consejo. Esto podría poner en entredicho la imparcialidad de las decisiones que se tomen, ya que los intereses del gobierno pueden influir en las recomendaciones y propuestas que se hagan. Es fundamental que este tipo de órganos consultivos sean verdaderamente independientes y no estén sujetos a influencias políticas.

Asimismo, la presencia de vocales de las entidades locales y de los colegios profesionales y entidades de asesores fiscales plantea interrogantes sobre posibles conflictos de interés. Si estos miembros tienen intereses particulares en juego, podrían verse tentados a tomar decisiones que favorezcan a sus propios sectores en lugar del interés general.

Otra cuestión a considerar es la falta de representación de la sociedad civil en este Consejo Asesor. No se observa la inclusión de representantes de organizaciones ciudadanas, asociaciones de consumidores o expertos independientes que puedan aportar una visión más amplia y diversa sobre la política tributaria. Esto limita la pluralidad de opiniones y puede llevar a decisiones sesgadas y poco representativas de la realidad social.

En cuanto al proceso de selección de los miembros, resulta necesario garantizar la transparencia y la idoneidad de los candidatos. Es importante que se establezcan criterios claros y objetivos para la elección de los integrantes del Consejo, de manera que se evite cualquier tipo de favoritismo o designación arbitraria.

Además, se debería establecer un mecanismo de rendición de cuentas y evaluación periódica de la labor del Consejo Asesor. Esto permitiría verificar si las recomendaciones y propuestas realizadas están siendo efectivas y si se están cumpliendo los objetivos para los cuales fue creado el órgano.

En conclusión, si bien es positivo contar con un Consejo Asesor Fiscal que pueda brindar asesoramiento en materia tributaria, es necesario revisar la composición y el funcionamiento de este órgano para garantizar su independencia, objetividad y representatividad. La inclusión de diversos actores sociales y la transparencia en el proceso de selección serían pasos fundamentales para lograr una política tributaria justa y eficiente en Baleares.