¿Qué son las cláusulas suelo?

Una cláusula suelo establece el interés mínimo que se debe pagar al contratar una hipoteca variable. Este interés se aplica cuando el índice de referencia más el diferencial no alcanzan esa cifra.

Se puede considerar una cláusula abusiva debido a que cuando el índice es inferior al interés de la cláusula suelo, se deberá pagar el mínimo acordado. Esto supuso un grave problema durante la crisis, ya que el índice de referencia cayó, y los clientes que tenían contratada la hipoteca variable debían pagar un interés muy superior al del mercado.

Dado que existen cláusulas abusivas por parte de las entidades bancarias y financieras, que se benefician a costa de sus clientes, el Poder Judicial dictó en marzo de 2013 una sentencia que dictaminó la nulidad de las cláusulas suelo en aquellos contratos con falta de transparencia.

¿Cómo se pueden reclamar?

Aquellos clientes que firmaron el contrato sin comprender la cláusula suelo, o sin posibilidad de negarse a la misma ya que sino su préstamo no sería concedido, además de la falta de transparencia en el contrato, pudieron reclamar todo lo pagado en exceso por dos vías, la judicial y la extrajudicial. 

Mediante la vía extrajudicial, se deberá poner una reclamación al banco con el que se firmó la hipoteca variable y la cláusula suelo. Si el banco acepta la reclamación, nos hará alguna oferta para devolver el dinero, sin embargo, si no acepta y pasan 3 meses, el proceso se dará por concluido.

Mediante la vía judicial, se deberá interponer una denuncia al banco. Esto se debe realizar mediante la contratación de un despacho de abogados especialista en Derecho Bancario. Los abogados se encargarán de analizar las cláusulas de la hipoteca para reconocer el objeto de reclamación, así como la cantidad adecuada a devolver. Es la vía más eficaz para este tipo de casos.

¿Cuáles son los gastos hipotecarios?

Los gastos hipotecarios son los gastos a los que hay que hacer frente en el momento de comprar una vivienda.

En primer lugar, encontramos la tasación. Es un gasto necesario para saber el valor de la vivienda y para que el banco pueda decidir cuánto dinero puede prestar.

Los gastos de notaría se producen por otorgar la escritura pública del préstamo hipotecario.

Además, la inscripción de la escritura pública en el registro de la propiedad también supone un gasto para el comprador.

La gestoría se considera un gasto opcional, aunque la mayoría de los bancos encargan los trámites de la hipoteca a gestorías. 

Por último, los impuestos. Este gasto hipotecario varía en función de la comunidad autónoma donde se encuentre la vivienda, por lo que no es un gasto fijo.

Todos estos gastos eran una obligación para el cliente, sin embargo, el Tribunal Supremo consideró que la cláusula que atribuye todos los gastos hipotecarios al comprador es abusiva, por lo que actualmente los gastos están repartidos de forma más equitativa entre el cliente y el banco.

Esto ha supuesto muchas reclamaciones e indemnizaciones por parte de las entidades financieras. Lo más recomendable, al igual que con las reclamaciones de las cláusulas suelo, es contar con la ayuda y el apoyo de un abogado especialista en la materia.

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