El caso ‘Tsunami Democràtic’ ha vuelto a poner de manifiesto la actitud obsesiva y enfermiza de algunos jueces y fiscales hacia el independentismo catalán. El presidente de Òmnium Cultural, Xavier Antich, ha advertido al juez Manuel García Castellón de que no han dejado de prepararse «para volver a hacerlo», refiriéndose a las acciones de protesta llevadas a cabo por Tsunami Democràtic.
Es indignante que Antich tenga que dirigirse a «todos los jueces y fiscales que forman parte de un poder judicial podrido de raíz», como él mismo lo describe. Esta falta de imparcialidad y objetividad por parte de algunos miembros del poder judicial es preocupante y pone en entredicho la independencia y la imparcialidad que deberían caracterizar a este poder del Estado.
Es aún más preocupante que García Castellón haya sido acusado de tener una «obsesión enfermiza» contra el independentismo. Un juez debería ser imparcial y tratar cada caso con objetividad y rigor, independientemente de las ideologías políticas de las personas involucradas. Sin embargo, parece que García Castellón ha perdido de vista estos principios fundamentales y ha dejado que sus prejuicios políticos influyan en su actuación.
Además, es importante destacar que el independentismo no se reduce a unas pocas personas imputadas por terrorismo, como es el caso de Oleguer Serra. El independentismo es un movimiento social y político que defiende el derecho de autodeterminación de Cataluña. No se puede intentar silenciar este movimiento acusando a unos pocos individuos y esperar que desaparezca. El independentismo es mucho más que eso, y mientras exista un deseo legítimo de autodeterminación, el independentismo no desaparecerá.
Es lamentable ver cómo algunos jueces y fiscales se empeñan en inventar fantasías para criminalizar al independentismo. Esta actitud solo demuestra una falta de argumentos legales sólidos y una clara intención de reprimir y silenciar a aquellos que defienden sus ideales políticos legítimos. Además, el ridículo internacional que están haciendo solo refuerza la idea de que este proceso judicial está politizado y carece de fundamentos legales sólidos.
Ante esta situación, es importante que el independentismo no se desanime y siga trabajando con ambición por el derecho de autodeterminación. La lucha por la independencia no puede ser detenida por la obstinación de algunos jueces y fiscales. Es fundamental defender los derechos y las libertades fundamentales de los ciudadanos y luchar por un sistema judicial imparcial y objetivo.
En resumen, este caso ‘Tsunami Democràtic’ pone de manifiesto la falta de imparcialidad y objetividad de algunos jueces y fiscales hacia el independentismo catalán. Es necesario denunciar esta actitud obsesiva y enfermiza y seguir luchando por los derechos y las libertades fundamentales. El independentismo no se detendrá y continuará trabajando por el derecho de autodeterminación de Cataluña.
