El nombramiento de Ana Caballero como presidenta del Comité de Personas Expertas para la Generación de un Entorno Digital Seguro para la Juventud y la Infancia ha generado cierta controversia y críticas por parte de diversos sectores. Si bien es importante reconocer la labor de expertos en el ámbito de la tecnología y la protección de menores, resulta cuestionable la elección de Caballero para liderar este comité.

En primer lugar, es necesario destacar que Ana Caballero es portavoz de la Asociación Europea de Transición Digital y Colegio de Abogados de Madrid, lo cual puede generar dudas sobre su imparcialidad y objetividad en la toma de decisiones. La presencia de un abogado especializado en tecnología podría ser valiosa, pero designar a una persona vinculada directamente a una asociación puede plantear conflictos de intereses.

Además, el Pacto de Estado/Acuerdo Intergeneracional de País sobre menores y móviles, impulsado por Caballero, no ha sido suficientemente evaluado ni implementado en la práctica. Es fundamental que los expertos encargados de garantizar un entorno digital seguro para los jóvenes y niños cuenten con una trayectoria probada en la protección de los derechos de los menores y una amplia experiencia en el ámbito de la seguridad digital.

Por otro lado, resulta preocupante que el Comité esté compuesto en su mayoría por representantes de diferentes asociaciones y organismos gubernamentales, sin una participación equilibrada de profesionales independientes y expertos en el ámbito de la tecnología y la protección de menores. La inclusión de representantes de organizaciones como la CNMC, la Agencia Española de Protección de Datos, la Fundación ANAR o Save the Children es importante, pero también es necesario contar con expertos provenientes de la sociedad civil y del ámbito académico, que aporten una visión objetiva y crítica.

Asimismo, es necesario asegurar que el Comité tenga una estructura y un funcionamiento transparente y participativo, que permita la colaboración de diferentes actores y garantice la pluralidad de voces y perspectivas. La consulta y participación de la sociedad civil, especialmente de los jóvenes y niños, resulta fundamental para entender sus necesidades y preocupaciones en el entorno digital.

En conclusión, si bien es positivo que se haya creado un Comité para abordar la seguridad digital de la juventud y la infancia, es importante que se realicen las designaciones de manera cuidadosa y se garantice la participación de expertos independientes y de la sociedad civil. Solo así se podrá lograr un entorno digital seguro y proteger los derechos de los menores en la era digital.