Por otra parte, las declaraciones más sorprendentes se produjeron cuando habló de la Administración de Justicia, reconociendo que «no se ha conseguido que funcione a la altura de una España que es la octava potencia económica», afirmando que «falta por hacer un enorme esfuerzo para que funcione como se merecen los españoles». ¿Y qué se ha estado haciendo los últimos cuatro años? ¿Acaso la famosa oficina judicial no tenía por objetivo llevar a la Administración de Justicia al lugar que le corresponde, y sin embargo quedó en un simple titular de portada sin partida presupuestaria alguna?
Da la sensación de que si no llega a ser por los últimos errores judiciales que están poniendo en la picota una administración de Justicia deficiente en cuanto a su funcionamiento y organización, el Gobierno nunca se hubiera preocupado por esta cuestión. No es un tema prioritario para el ejecutivo, al menos, no lo ha sido en los últimos cuatro años, y ahora que el caso Mari Luz entre otros pone sobre la palestra las deficiencias del sistema, parecen convencidos de la necesidad de emprender reformas.
Mientras se hagan de verdad y no quede, como la oficina judicial, en un simple titular de entrevista, bienvenido sea.