El Servicio de Inspección del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) ordenó ayer la apertura de un procedimiento de información previa respecto de la actuación desarrollada por el Juzgado de lo Penal nº 1 de Sevilla, en relación con la ejecución de la condena impuesta a Santiago del Valle García.
El presunto asesino Del Valle tiene pendiente dos condenas (cuatro años y nueve meses de prisión en total) de dos juzgados sevillanos distintos, ambos por delitos de abusos sexuales, uno a su propia hija de cinco años y otra a una niña de nueve años de edad.
Dos años y medio después de la condena por violar, ni más ni menos, que a su propia hija, el Juzgado se opone a la suspensión de la condena que había solicitado el degenerado Del Valle y da orden de “averiguación del paradero” (en lugar, cuando menos, de búsqueda y captura) del personaje, quien, evidentemente, llevaba tiempo huido junto a su mujer, Isabel García, también condenada.
Es una orden que ha continuado vigente hasta la fecha (tampoco la Policía parece haberse empleado a fondo en averiguar el paradero del sujeto), y ha tenido como consecuencia que el degenerado Del Valle hubiera asesinado, presuntamente, a la pequeña Mari Luz, en lugar de estar en prisión.
No cumplió un solo día de prisión por haber violado a su hija. Una actuación ejemplar de la Justicia que, sin duda, invita a que los ciudadanos nos sintamos orgullosos de nuestra administración de Justicia.